Estamos pasando la noche en un pueblecito llamado Montpellier (no el de Francia); 20 casas, dos pubs y nuestra B&B de missis Antoniet and family. Muy habladora y muy insistente en si queremos melon para desayunar. Igual es que aquí es muy caro y es por hacer otra cuenta; el desayuno de mañana se las promete, ya veremos.
Hoy hemos salido Dublín para dirigirnos hacia la costa oeste cruzando las Midlands con Jesús al volante y conduciendo por la izquierda. Sigue la experiencia horrorosa de ver los coches que se te acercan por donde has ido tu toda la vida, y las rotondas al reves y que luego te incorporas donde no debes seguido de un volantazo. Pero seguimos vivos y mas sueltos conforme avanza el tiempo.
(¿Que pone en la segunda linea? Pues nosotros tampoco lo sabemos)
Hemos visto Kildare (en gaélico es impronunciable), molt maca la catedral de santa Brígida y una de esas torres cónicas medievales que abundan por Irlanda donde se refugiaban los monjes (aquí parece que el monjerío siempre ha abundado) cuando llegaban los vikingos a sangre y fuego, costumbre esta que mantuvieron dos siglos. Una pitanza normalita y unas libaciones de pintas han coronado la media mañana.
Allí hemos flipado con los cementerios, románticos y con unos acabados que ya los quisiéramos en España. A los pies de las iglesias o de las ruinas de abadías arruinadas por Cronwell o por normandos, son auténticas postales llenas de “in loved memory…”
De ahí a Rosecrera (en élfico ni puta idea), Cerradas dependencias del castillo del rey Juan, nos han dejado pasear por su patio de armas y jardin aledaño. Otras pintas nos han calmado el dolor de no verlo todo.
Los pueblos son pequeños y preciosos; ni una mala casa de las que dices “que mamotreto”, ni un Lidl fuera de lugar… mucho pub con macetas en la calle, mucha verdura en la naturaleza, mucha vaca, mucho cuervo tamaño abutarda y tan pronto llueve como sale el sol, como se te vienen encima unos nubarrones del copon y se van por donde han venido. Tiempo atlántico, dicen.
Y como los pueblitos son recogidos y se ven en un pispas, carretera y manta hacia Limerick; carretera por llamarla de alguna manera; 2.5 metros de ancha con secuoyas a los lados para materte bien o en su lugar muros de piedra y de doble sentido.
Este pueblo ya está en la costa atlántica y los 15º mas las pintas frías nos han dejado helados; terminaremos de verlo mañana domingo.
Hemos vuelto a eso de las 20h a Montpelier y hemos cenado a las 20.15 mas bien que bien en un precioso pub de la carretera –realmente el pueblo no es mas que casas a ambos lados- de paso que volvemos a meternos dos pintas y media de ambrosía negra irlandesa.
Así que cocidicos y tiritando nos acabamos de meter en la casita de la tía Antoniet y vamos a dormir, que mañana tenemos que estar abajo a las 7 de la morning o sino no sesayunamos.
La ruta de mañana será donde Irlanda nos lleve aunque en principio queremos ver los acantilados de Moher y las islas de Aran.
Good night (en gaélico “armag tag magt arguen elrons”
Soy Upon Avon: Ya estoy aquí y me he leído todo desde el principio de vuestras andanzas. Estáis seguros de no haber embarcado en algún ferry hacia las Francias tras las libaciones oportunas en todo pub irlandés? Si conducen normal, volvéis a estar en el continente.
ResponderEliminar¿Empanada de 600 gr.en la maleta? ¿Qué más lleváis de pitanza en vuestros equipajes? Sorprendedme: gulash, algún rancho torrero...
Flora y fauna en perfecto estado.
Hola viajeros!
ResponderEliminarQué envidia tengo, mientras vosotros lucháis con las rotondas irlandesas yo asumo que este año seré la teacher de Sástago, a ver que tal. Ya os contaré.
Estoy esperando fotos de vacas peludas ya que parece que me quedaré sin ver frailecillos.
Por cierto, me encantó el momento empanada, no hay fotos?
Cuidenseme mucho.
Besicos
Ama