Seis días con Flora y Fauna

Ni cobertura, ni TV, ni charangas, ni hordas, ni imágenes de Belloch asistiendo a un nuevo Oficio Divino de la mano de la mitra arzobispal, ni jotas, ni misa de Infantes, ni Galerías Primero ni Mercadonas.

La casa está situada a 5 km. de Aragües del Puerto, en el Parque Natural de los Valles Occidentales, en la carretera que conduce al refugio de Lizara.

Hemos disfrutado de lo que queríamos.Paz, sosiego, silencio, soledad, hayas rojizas y buena pitanza, rica ornitología a la par que una buena chimenea y leña en abundancia.

Aquí estamos en Ansó.

Grandiosa judiada de bolinches de Embún pagados aprecio de oro, con sus manitas de cerdo, tocino, tortetas de Huesca y chorizo. La pradera era nuestro comedor de día.

Lugar de belleza inmarcesible e incomparable (con la de Cantabria quizás), donde hemos disfrutado de lo lindo los tres, añadiendo a Lady Mary Anne Upon Avon Tres Sicilias, la cual nos deleitó con su presencia a partir del viernes noche.

La peña Ignota, vista desde la puerta de la casa. No

subimos a la cumbre porque Troya prefirió perseguir vacas.

Por la noche, sobre todo el primer día, aquello daba un poco de respeto o también llamado "yuyu". Si salías fuera del cono iluminado por el farol de la puerta, la negra noche te envolvía, con sus ruidos de bichos merodeadores. Tan solo millones y millones de estrellas sobre tu cabeza.

Y poco ayuda estar leyendo alguna historia espeluznante. Pero con el transcurrir de las horas, eso que dicen de que te integras con la madre naturaleza empieza a funcionar.

Atardecer en el valle

Recolectamos bayas como los antiguos; endrinas para manufacturar un buen pacharán casero. Hoy hemos ido a la calle de san Pablo a una vinatería de las de toda la vida a comprar los anises apropiados de forma que, de aquí a unos meses, podamos libar un magnífico licor.